Los Acróbatas, entre el cielo y el suelo

La plaza de Santo Domingo se quedó pequeña para acoger La Danza de Los Acróbatas, uno de los números importantes de la Semana Grande de las Fiestas Lustrales de la Virgen de Las Nieves en el que los niños y jóvenes participantes realizan, subidos en escaleras de madera pero también en el suelo, diferentes figuras y ejercicios acrobáticos de bella factura que sorprenden por su complejidad, en algunos casos, y originalidad. 

Al ritmo del pegadizo pasodoble Manolo de Emilio Cebrián, los acróbatas danzaron durante los veinte minutos que dura la función transportando al público que abarrotaba la plaza al mismo circo, con sus ejercicios malabares, o también a la niñez, porque este número que tiene mucho de inocencia y de ingenuidad.

Un bonito espectáculo que dura el tiempo preciso para no cansar y disfrutar con cada figura que parecen dibujar casi tocando el cielo pero también en el suelo, en el que los niños y jóvenes que le dan vida demostraron estar en plena forma dejando el listón muy alto y el público los premió con continuados aplausos y poniéndose en pie con una gran ovación final que estuvo precedida por un "Viva a la Virgen de Las Nieves" que, sin duda, fue el momento más emotivo del espectáculo que terminó como empezó, con el desfile de Los Acróbatas vestidos de blanco.

La actuación previa en el Hospital de Los Dolores fue también muy emotiva donde enfermos, personal, familiares y público en general disfrutaron de este número que conmueve por su sencillez y por su brillante ejecución.