Mi almendro florido
se vistió de encajes
con el sol de mayo
y la brisa clara.
Con la luz del alba
deja ver su manto
y asoma radiante
su corola blanca.
Cada flor que anida
en su brazo alado
es miel en la brisa
es voz de su canto.
Mi almendro florido
vestido de encajes,
anhelo tu sombra
nube fascinante,
pétalos tejidos
de aurora y rocío
con sol del invierno
y otoño escondido.
No te vayas nunca
quédate por siempre
en nuestros dominios,
desbordando efluvios
robando suspiros
tejiendo ilusiones
mirando caminos…
Dormiré a tu sombra
te brindaré mimos
te daré mis besos
mis desvelos limpios,
cuidaré tus pétalos
con mucho cariño,
pero no te vayas
mi almendro florido,
quédate por siempre
en nuestros dominios.
Marynieves Hernández
Marynieves
Gracias Pintao. No imagina cuánto agradezco sus generosos comentarios. Alentador sería saber, si existen otras personas que sienten como usted. Ahí está el dilema. Pero no importa. El almendro es feliz con mis versos, yo, con sus flores. ¿No le parece suficiente?
Un cariñoso abrazo para usted.
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Pintao
No me resisto a poner de nuevo un comentario. Y es que cada vez que leo este poema al almendro en flor, me parece más redondo en todos sus sentidos. Metricamente perfecto y con una poesía sencilla y profunda a la vez. Vamos, al alcance de la gente.
Enhorabuena, Marynieves!.
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Pintao
La fotografía con los almendros en flor es sin duda preciosa, pero no le va a la zaga, sino que la sublima la sentida poesía de Marynieves.
Con la voz y la guitarra de Paco Ibáñes, podría muy bien sustituir el "Hermana Marica" de Góngora y convertirse en el himno de Puntagorda.
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Marynieves
¡Preciosa fotografía!
¡Cuánta nostalgia! ¡Magua, magua!…
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