Más para ser menos

Desde la puesta en marcha del actual sistema de ayuda del plátano tras la extinta OCM (Organización Común de Mercado) y su integración como parte del POSEICAN (Programa de Opciones Especificas para las islas Canarias) han pasado ya casi 10 años, y en ese momento se celebró por parte del sector oficial platanero con gran alegría este nuevo sistema ensalzando sus bondades, entre otras cosas porque se había logrado una enorme ficha financiera (141millones de euros al año) con lo que podríamos crear sistemas de control y compensación internos en Canarias que pusieran de acuerdo la oferta con la demanda sin que nadie sufriera grandes pérdidas, medidas que, junto a otras de organización del sector, nos permitirían gozar de unas buenas y estables rentas.

Nada más lejos de la realidad, pues junto con ese nuevo sistema también nos encasquetaron una bajada de arancel a la entrada de banana en nuestro mercado tradicional. Si a esta infausta noticia le sumamos la incapacidad de nuestros dirigentes para ponerse de acuerdo en algo que no sea pedir más dinero a Europa o pulirse en torno a 6 millones de euros anuales en publicidad, estamos listos porque de todas las anteriores medidas prometidas en la única que se han empleado a fondo es en "la pica," no hay más que ver el siguiente cuadro:

Miles de toneladas de pica anual

Fuente: ASPROCAN

Sin contar lo que va corriendo de 2016, el sector platanero de Canarias ha tirado a la basura 91.200.000 de kilos de plátanos desde 2007, o lo que es lo mismo, se han tirado 30,1 millones de euros aproximadamente (calculando sólo a 0,33€/kg de ayuda POSEI) de dinero europeo, más el costo de producción y empaquetado que puede rondar otros 82.200.000 de euros si contamos con un coste de producción y empaquetado de unos 0.80 €/kg para esa fruta picada. Si le añadimos el coste de tirarlos en vertedero, nos da un total aproximado de unos 115.000.000 de euros tirados a la basura desde que el plátano de Canarias se integró en el POSEI, desde que las decisiones de cómo se reparte la ayuda se toman en las Islas.

Todo este despropósito se ha hecho con la justificación de no bajar los precios de los plátanos y así controlar el mercado, algo que es similar a apagar fuego con gasolina como demuestran los datos disponibles, ya que no sólo no se ha evitado la caída de rentas de los agricultores sino que además nos hemos dejado buena parte del mercado que antes ocupaba el plátano por el camino, según los datos recogidos en el siguiente cuadro:

Oferta disponible en Península y Baleares y cuota de mercado del plátano canario

Fuente: www.hojasbananeras.blogspot.com

Siendo muy optimistas, e ignorando el hecho de que los plátanos reexportados van a Portugal en su totalidad ya que la banana se queda en el mercado peninsular español al tener mejor precio, podemos decir que en 10 años sólo hemos perdido un 6% del mercado, pero siendo realistas las bananas representan ya casi la mitad de lo que se consume en el mercado peninsular español.

Ante este panorama a uno no le queda más remedio que preguntarse, entre otras:

¿Con este currículum nos vamos a presentar ante una Europa que cada vez exige más criterios medio ambientales, sociales, de empleo y eficiencia del gasto a pedirles más dinero? Sobre todo cuando parte de la justificación de tal nivel de ayuda está desapareciendo o a punto de hacerlo porque ya no aguanta más pérdida de renta y se encuentra al borde de la quiebra económica y moral.

¿De verdad el sector platanero ya ha hecho todo lo posible para mantener unas rentas dignas a todos los agricultores?

¿Debemos resignarnos a desaparecer silenciosamente porque la banana ocupa nuestro mercado y, sobre todo, por la inoperancia de quienes nos representan?

La responsabilidad de la precaria situación de parte del sector tiene nombre y apellido y están en Canarias, no hay que ir a buscarlos a despachos en Madrid ni en Bruselas. Están aquí entre nosotros, son los mismos que no se han atrevido, o no han querido por intereses particulares, acometer los cambios y las iniciativas necesarias y tantas veces repetidas.

Aun hay margen, aun se puede cambiar la historia y vivir todos dignamente del plátano. Sólo hay que recordar que somos la zona platanera europea más cerca del continente y que cada vez más se imponen criterios medioambientales de huella de carbono, que los transportes marítimos y aéreos son los más que contaminan, y eso a nosotros nos pone en ventaja respecto a las bananas que tienen que cruzar el Atlántico. Pero por muchas oportunidades que nos pongan delante va a ser imposible aprovecharlas mientras quienes tomen las decisiones sean los mismos que nos han traído hasta aquí.

Cada vez más dinero público para el sector platanero y cada vez más pobres algunos plataneros. Hemos pasado la década donde ha entrado en Canarias más dinero en ayudas al plátano y estamos en la peor situación económica de hace dos décadas. Mientras, no se premia a quien se diferencia con productos sanos y medioambientalmente sostenibles que crean más empleo. Cada vez más para ser menos.

Jorge E. Hernández Rodríguez, agricultor.