Un fallo en el UPS del Hospital General obliga a posponer operaciones y consultas

Explicamos brevemente a los neófitos. Una UPS es un acrónimo del inglés, en español es Sistema de Alimentación Ininterrumpido (SAI). Es decir, para eso mismo, ante una situación vital como pueda ser una cirugía que se nos complique y convierta en a vida o muerte , pues…, la hemos fastidiado. Ha fallado la energía necesaria, y no es culpa de la empresa suministradora.

No se entiende que lío eléctrico tienen armado ahí, pues en un quirófano que comienza la actividad tienen que estar alerta, no sólo el equipo de cirugía, que se supone, sino el equipo que está donando la energía para evitar estas negligencias, y no existan caídas y reentradas de la misma. La UPS, en español SAI, tiene que tener el mismo mantenimiento, la misma asepsia y revisiones prácticamente diarias de todos sus elementos cómo el mismísimo quirófano. Asepsia técnica, control exquisito de su estado. Estamos hablando de vidas, de salud, de casos que no solo en quirófano, sino alguien conectado a una máquina, y no digo cuales, podrían verse seriamente comprometidas.

Señor Izquierdo, si: “aunque se puede operar bien no hay garantías al cien por cien”, creo que como profesional de la medicina mejor que otros sabrá qué, eso, ni siquiera con todo en perfecta armonía, es garantía de ausencia de fallos. Cuanto más si elementos frágiles y de vida caduca en esos sistemas, como puedan ser las baterías, y dada sus temperaturas ambientes, no son renovadas sistemáticamente según el plan de mantenimiento traen aparejadas estas cosas.

Estas incidencias generan incertidumbres, dudas, desmotivan a una parte importante de los usuarios y el personal sanitario.

Al igual que se crean alarmas ficticias para probar las actividades y acciones a emprender en otras empresas, ¿es acaso la salud una que no necesita pruebas con regularidad? En el caso que nos ocupa nunca hay segundas oportunidades.